«No temáis; os traigo una buena nueva, una gran alegría… Hoy os ha nacido un Salvador, que es el Mesías Señor» (Lc. 2, 10-11).
La Navidad renueva nuestra esperanza y hace retoñar nuestro optimismo. La vida que esperamos brota en Jesucristo, cuya presencia, sumada a nuestra voluntad de cambio, hará que Panamá tenga vida. Ya el Señor ha hecho lo suyo. Él nos amó primero y espera nuestra respuesta para alcanzar la justicia en la verdad y así tocar la cima del Amor.
Dios habla en la persona de su Hijo y la humanidad responde en María nuestra Madre. Por eso, con ella, Panamá entera le dice al Creador: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu Palabra» Lc. 38.
Que la Santísima Virgen María, Madre del Amor Hermoso y de la Santa Esperanza, Cristo Jesús, nos alcance de su amado Hijo, hecho Niño, las gracias y las promesas anunciadas.
Con cariño de pastor,
P. José Brutua Murillo
