En estos tiempos de pandemia que nos ha tocado vivir, la fe en Cristo Resucitado nos asegura que nunca se pierde ningún esfuerzo humano por construir un mundo más fraterno y equitativo.
Busquemos esa nueva humanidad en el corazón de cada uno de nosotros y pidamos con ardiente fe recibir, en esta gloriosa Pascua de Resurrección, el agua viva que es el Espíritu Santo y la Caridad, impulso del corazón que invita a salir de “nosotros mismos”.
Feliz Pascua de Resurrección. ¡Aleluya!
En Cristo Jesús,
P. José Brutua Murillo