JESÚS HÉCTOR GALLEGO HERRERA, EL SACERDOTE
Jesús Héctor Gallego Herrera nació el 7 de enero de 1938, en Montebello, pueblo del municipio de Salgar, República de Colombia.
Es el primogénito, de once hijos, del matrimonio de Horacio Gallego y de Alejandrina Herrera.
Desde pequeño mostró su interés al sacerdocio y su sensibilidad por los problemas sociales y políticos que afectaban a la población más pobre de las áreas rurales. Se forjó el propósito de hacerse sacerdote y llevar la Palabra de Dios a cualquier parte donde se requiriera sus servicios.
Durante su formación sacerdotal en el Seminario Mayor Arquidiocesano de Medellín, a la edad de 27 años siente la motivación de venir a Panamá, al enterarse por su compañero Plinio Mojica, que en la Diócesis de Santiago de Veraguas, a penas de un año de fundación, sólo había nueve sacerdotes para atender a 160 mil personas y que
algunas parroquias no tenían sacerdotes.
En 1965 habla con el entonces Obispo de la recién creada Diócesis de Veraguas, Monseñor Marcos Gregorio McGrath quien estaba en Medellín para una reunión del Consejo Episcopal Latinoamericano, y le manifestó su deseo de servir en la diócesis que él pastoreaba.
Es así que llega a Panamá en 1966, siendo diácono y acompañado por el Padre Pablo Bueter para incorporarse a la vida de los veragüenses el 5 de febrero de 1967, ubicándolo en la parroquia San Francisco de Veraguas.
Su trabajo diario se centró en el movimiento familiar cristiano y su labor pastoral de la parroquia y con los jóvenes del Grupo “San Francisco Mejor”. El 12 de julio de 1967, regresa a Medellín y el 16 del mismo mes fue ordenado sacerdote por Monseñor Marcos Gregorio McGrath.
Regresa a Panamá el 13 de agosto del mismo año y su primera misa la celebró en el templo de la Parroquia de San Francisco. El 20 de agosto marchó de inmediato a Santa Fe para comenzar la organización de su futura parroquia.
Santa Fe, era un área muy difícil por sus montañas y su población muy dispersa, con mucha pobreza. Sin embargo, el joven Gallego visita a todas las comunidades con un grupo de seminaristas y empieza a hacerse uno más con los campesinos, a sentir sus sufrimientos y sus luchas.
El Padre Gallego organiza el distrito en centros de comunidad, inicia reuniones de estudio del Evangelio para la formación de las comunidades de base en el pueblo de Santa Fe y en los diferentes centros comunales.
Por su celo y compromiso pastoral el Padre Héctor fue detenido y secuestrado por la Guardia Nacional la noche del 9 de junio de 1971.
Los hombres y mujeres que le conocieron dan testimonio de que era un hombre entregado al servicio pastoral, a la caridad y a la evangelización. Su vida la degastó por servir a la gente; se entregó en cuerpo y alma al pueblo de Dios que le fue confiado, aún en los momentos de calumnia y persecución durante la época militar.
Vivió la pobreza evangélica y la autenticidad de una vida sacerdotal; su testimonio de vida y entrega a las clases empobrecidas, debe ser conocido por estas y las futuras generaciones.
A los 50 años de su desaparición aún clamamos con fuerza ¿HÉCTOR DÓNDE ESTÁS?