Tomado de la Semilla del 4 de septiembre
Parece estar buscada a propósito la fecha de esta lectura evangélica y nos enfrentamos con la realidad de nuestra vida ordinaria.
Cuando Cristo habla de la cruz que tiene que llevar quien quiera ser discípulo suyo, desde luego no se está refiriendo a la posible enferme dad que le puede sobrevenir, sino que apunta al «dolor» e incluso a la «muerte» que ha de sufrir nuestro hombre viejo, si nos ponemos al seguimiento del Maestro y confor mamos nuestra vida no a los esque mas del egoísmo o del mundo, sino a los del Evangelio.
Sencillamente, «llevar la cruz» es tomar en serio la vida ordinaria manteniendo los valores evangélicos sin posponerlos a intereses contrarios, aunque estos afecten a seres queridos como los propios padres o hijos.
P. Antonio Luis Martínez
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 14, 25-33
En aquel tiempo, caminaba con Jesús una gran muchedumbre y él, volviéndose a sus discípulos, les dijo:
«Si alguno quiere seguirme y no me prefiere sobre su padre y su madre, su esposa y sus hijos, sus hermanos y sus hermanas, más aún, así mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no carga su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo.
Porque, ¿quién de ustedes, si quiere construir una torre, no se pone primero a calcular el costo, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que, después de haber echado los cimientos, no pueda acabarla y todos los que se enteren comiencen a burlarse de él, diciendo: ‘Este hombre comenzó a construir y no pudo terminar’.
¿O qué rey que va a combatir a otro rey, no se pone primero a considerar si será capaz de salir con diez mil soldados al encuentro del que viene contra él con veinte mil? Porque si no, cuando el otro esté aún lejos, le enviará una embajada para ponerle las condiciones de paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser mi discípulo».
Palabra del Señor
R/. Gloria a ti, Señor Jesús.