Tomado de la Semilla del 31 de julio
Lo principal es ser rico ante Dios, y no ante los hombres. Ser ricos en buenas obras, y no en cuentas corrientes. Sería una pena que uno «amasara riquezas para sí», las cosas que cree que le van a
dar la felicidad, y no se preocupa de las más importantes «y no es rico ante Dios». El mundo nos invita a una carrera desenfrenada por los bienes materiales, para tener más cosas que los demás y asegurar obsesivamente el futuro.Si nos descuidamos, nos convertimos en esclavos de la sociedad de consumo, que crea necesidades siempre nuevas para que gastemos más y más.
Mereceríamos que Jesús también a nosotros nos llamara necios e insensatos, si desterramos a Dios de
Por: P. José Aldazábal, sdb
nuestra vida, si no nos preocupamos de los demás, si nos llenamos de nosotros mismos y ponemos
nuestro futuro en las cosas de este mundo. Seríamos estúpidos, como el granjero del evangelio, porque almacenamos cosas caducas, que nos pueden ser quitadas hoy mismo y no nos van a aprovechar para nada.
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Pero Jesús le contestó: «Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?».
Y dirigiéndose a la multitud, dijo: «Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea»: Después les propuso esta parábola: «Un hombre rico obtuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahi mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida. Pero Dios le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante Dios».
Palabra del Señor.
R/. Gloria a ti, Señor Jesús.